Comprendo haberme convertido en un escritor (no digo poeta) pesimista, resumo
para no agregar adjetivos inútiles. Pero resulta doloroso encontrar a alguien
que ha sufrido nuestros mismos percances o similares, y adopte con nosotros una
actitud de perdonavidas.
Sé que el texto que les comparto hoy nada tiene que ver con el amor y
la amistad. Es por ello que se los comparto.
Tampoco está relacionado con la poesía. Al releerlo, casi me parece un
relato con alguna que otra frase cargada de simbolismo por las razones que
muchos poetas conocen mucho más que yo y quizás por cierto, neologismos que
hasta ahora sólo me permitía en la narrativa.
Entonces, denomino “texto” simplemente a este
RETRATO DE PERFIL CON SOMBRAS AJENAS
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!
César Vallejo
I
Antiguamente por decir una fecha
cincuenta años podría ser
específico ejemplo
andaba yo saltando entre cuerdas
que coloca la vida tramo a trecho
dándonos entre risas y alegres carantoñas
la feliz ilusión de celebrar otro cumpleaños.
II
Claro es que tal edad
algunos poetas bordean de alabastros
y luces muy doradas
aunque suelen llegar percances inesperados
e incluso balbuceos fuera del tiempo
cuando ya biberones y estomatitis
dejan de ser marcas cotidianas.
a) La injusticia del maestro que siendo otro el que se burla
de su panoplia aletargada en pergaminos
es a mí a quien propina reglazos en el occipucio
obligándome a aprender que los jueces humanos
pueden equivocarse.
b) La decisión del que desde arriba
en actitud de rey y a la vez de alimaña feroz
me llevó a decisiones que me expulsaron sin retorno
del sitio donde me puso Dios
y en otra ocasión en el lugar asignado
por alguien inferior desde luego al Omnipotente
quien me trataba con cierta indulgencia
aunque sin llegar a Misericordia.
c) La victoria humana que significa un título universitario
hecho trizas por algún que otro perro callejero
incómodo por tener como autoridad
solamente la vara de golpear contra lomos ajenos.
d) En fin
tales minucias y otras soportables
pues siempre nos quedan
como recursos de victorias
pírricas por cierto
el meternos dentro de nosotros mismos.
III
Sin embargo llegada la edad
que lugarcistas comunes denominan provecta
en tanto eufemistas carentes de imaginación
suelen llamar tercera e incluso vulnerable
las victorias nos llegan disfrazadas de victorias.
a) Alguien que promete
auxiliarnos durante el cruce de una calle
y a mitad de ella
nos deja estacados.
b) El que dice amarnos como su prójimo
aunque a espaldas
disfruta de nuestros pies
con velocidad inexistente.
c) Uno que empujones
nos expulsa del Paraíso
y ocupa el asiento que tal vez nos corresponda.
d) Otro atrabillado en sus propios dolores
ignora que también existen quienes sufren.
IV
Cada derrota enumerada es pasajera
a la que le llegan los minutos del olvido.
Lo doloroso eterno es que ascienda usted a un ómnibus
cargado con sus años
y el que estuvo a su lado
luchando contra las mismas incongruencias de la vida
(ese que estuvo silla a silla
en idéntica aula cuando de biberones andaban
o durante la vida de trancarse en el torno
como si la plusvaleriana fuese imaginación de alguien cuerdo)
propine un empujón contra sus flaquezas
gritándole que estorba el paso de los días
el de bajar la misma cuesta
la de llegar donde todos llegamos.
12-II-2024