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 TRES POEMAS PARA TRES MUJERES IMPRESCINDIBLES

 

Hoy es un día que aunque de manera formal se celebra el llamado Día Internacional de la Mujer (ellas merecen en realidad que todos los días sean suyos, porque resultan imprescindibles en todos los ámbitos de la vida), siento la necesidad espiritual de no olvidar a estas tres mujeres de tanta importancia para mí.

 "Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas", advierte Colosenses 3.19

(8 de marzo del 2023)








LUZ NORIEGA CAMINO DE LAS NUBES

            Para esta heroína del siglo XIX que al descubrirla, quedé impactado

Luz habanera de estirpe del Pinar
mujer que estuvo por encima de su hombre
    ─no en sentido feminista
     porque no es cuestión de sexos
     sino de circunstancias─
con el machete y el máuser de encontrar la paz
por medio de la guerra.
Enfermera
hermosa
de larga cabellera
de ojos como fuego
y estampa de heroína.
Anduvo entre el caballo y la esperanza
montada encima de su propia valentía,
Luz de la aurora
hoguera que ignoró los fuegos de cobardes;
casi inexistente en los libros,
y por completo en los anales de la guerra.
Carente de un sitial entre los mármoles
tan necesarios a veces cuando resulta imprescindible
no igualar desigualdades ni desconocer virtudes.
Luz de la aurora que ya debemos
extraer del panteón de los ignorados
que es como decir
inundarla con luces de gloria.

 


 CANCIÓN A MI MADRE
                                        “Madre, me voy mañana a Santiago
                                              a mojarme en tu bendición y en tu llanto”.
                                                                      César Vallejo

    A Guillermina en mi recuerdo, quien me trajo con ella

          Madre, este silencio que traigo es mi condena
          me angustia la vida y permite a los cuervos
          actuar contra mis ojos.
          Y mientras tanto yo metido en el silencio
          esclavo de mi edad multiplicada
          por los cerdos que pastan en los jardines.

          En cambio a usted la veo
          cansada de doblarme la edad
          cayendo cada noche en el abismo
          muerta en su amanecer sin ansias ni dolores
          oyéndome en mi triste letanía
          de alquimista demiurgo fabricante de panes
          y peces que no alimentan a las multitudes.

          Ay madre si pudiera hablarle
          si usted en su mudez no anduviese tan sola
          o si apenas le alcanzara la miel
          para endulzar los labios de mi padre;
          pobre mi madre vieja
          cómo se va muriendo en cada amanecer
          que yo pronuncio mis discursos
          arengo a los soldados
          les canto el himno de la patria
          con la ilusión de que la sangre vuelva a circularles.

          Ay madre
          cómo se muere usted cada día con mi muerte
          con esta de saberme ya sin lengua
          y tal vez sin mis talveces ni mis norias
          como el auriga de una pasión que rueda por el lodo
          desmentido en mi caridad por los halcones
          que me asaltan y rompen las trincheras.

          Ay madre ayúdeme a salir de este laberinto
          despójese de sus años y vuelva a amamantarme
          confunda sus carnes con el frío de mis huesos
          y écheme de nuevo a correr por el mundo.










LA GRAN MISIÓN DE LA MUJER DEL POETA
    Para Margarita, indudablemente

La gran misión de la mujer del poeta
es tener su comida a tiempo
para cuando salga del laberinto

no muera por falta de imágenes.


La gran misión de la mujer del poeta
es remendarle las camisas para que no perezca
por el frío de las nevadas que azotan su alma.


La gran misión de la mujer del poeta
es buscar frutas en el mercado para endulzar su boca
de la amargura que traen los malos recuerdos.
 

La gran misión de la mujer del poeta
es ahuyentar los enemigos
evitar que llore
mantener la cama lista
ocultarle el mundo donde a diario
asesinan un poeta o golpean un niño.


La gran misión de la mujer del poeta
es ser la mujer del poeta.
    (En mi poemario “Esta casa de locos que es la ciudad”)