Selección de poemas del libro en proceso editorial
Diario íntimo de una crisis
del autor
ANDRÉS CASANOVA
Día 1
Prometo abrir mis puertas por si venden
algunas escaseces, un ocaso,
ciertas frutas con tomeguines y chanchullos.
Esperaré diez horas por si puedo
encontrar algún arroz algodonado
y si hubiese de aceite par de litros
pueden dar por seguro que estoy dispuesto
a compartirlos con mi vecino más cercano.
Hoy una joven vendedora de un mercado
protegió dos panes míos de corteza dura
y el que iba detrás de mí evitó mi caída.
Al menos, aún la humanidad no se ha extinguido.
Día 2
Esta noche podría
escribir los versos
más tristes de este mundo;
en cambio, debo irme
deprisa a conseguir
dos auroras y unas libras
de pollo trucidado.
No puedo siquiera
escribir versos
porque he obtenido turno
para comprar jabón
y algo de sinalefas
con que almentar
mis sonetos faltantes.
Les juro que no puedo
escribir los versos
más tristes de este mundo
porque el triste soy yo.
Día 4
Padecer gripe
a cualquiera
le sucede.
Ser encumbrado
a simple
aprendiz
de remover
badenes y cenizas
es otra opción
posible.
Lo doloroso es verse obligado a contabilizar centavos,
volverse avaro con el gasto de lúmenes del Sol y sobre todo
cuando a uno le faltan en su botiquín clavos de olor, perros amaestrados y
el simple arroz y el pollo trucidado:
en ese instante logra comprender que los puntos y coma y los párrafos no son más
que simples gripes de alguna pasaridad
contra quienes soñamos el futuro
y nos vemos removiendo badenes y cenizas.
Día 5
Yo quiero cuando me muera
haber canjeado enormes cantidades de discursos
por un terrenal fricasé de faisán,
uno solo,
por única vez haberlo disfrutado y si pudiera
beber una copa de champán
no habría que decir o al menos
no sería necesario recordar que
arriba los pobres del mundo
es una bella canción, un ditirambo a la estulticia, al recuerdo,
un regurgitar sin indolencias ni falsedades
porque además tener en mi tumba un ramo
podría parecer una blasfemia pero
lo que todos comprenderán es que el saciado, el harto,
jamás debería vocalizar de pie los esclavos sin pan.
Día 7
En mi rincón de fabricar historias
guardo una piezas de ajedrez recuerdo de mi padre
unos zapatos viejos, un arsenal de quejas contra mí
y seis palabras antipoéticas.
Conservo además alguna que otra rima sin saberlo,
unos trocaicos, dos o tres hiperbatones
mezclados con sombrillas rotas y camisas imposibles.
Pero sobre todo atesoro con dolor infinito
el último papalote que fabriqué para volarlo con mi nieto
y desde entonces no ha habido forma que en nuestra ciudad
el viento de empinar papalotes supere
los cinco kilómetros por hora.
Día 10
¿Y si realmente las colinas no fuesen tan rosadas
como aseguró el poeta Zaig Neven?,
me pregunto mientras pregunto por el último
y solo una sonrisa delante de una oquedad
sin falsedades me responde quien trae el saco
blanco entretejido por alguna máquina de fabricarlos en serie,
mientras lo esconde en la caseta protectora de dos teléfonos públicos.
Todos conocen su misión, incluso yo:
llenar el saco con los panes que jamàs alcanzaremos
los ubicados al final del amasijo de personas.
Todos lo sabemos. Sólo yo incapacitado por mi tosudez
continúo preguntándome de manera dolorosa
si en realidad en poeta Zaig Neven
se habrá equivocado del color de las colinas.
Día 11
Prefiero caminar
contigo por París,
bella canción iridiscente
plagada de sueños
optimistas y además
sueños. Entretanto
yo camino
por mi París
exclusivo y particular.
Un París fabricado
en los contextos
que me dictan
los razonables poetas.
Esos que jamás
caminarán por París
exclusivo y particular
que guardo en mis poemas.
Día 12
Se reparan planchas de carbón
quejas encendidas
de pasión;
se reparan voltajes extraviados
boletines de ómnibus vendidos
sin haber viajado;
se reparan engaños, artimañas,
formas de vivir
malviviendo con mañas;
se reparan olvidos
y trucos para evitar las colas.
Se reparan
reglas de supervivencia
aunque los musgos les hayan partido las esquinas;
se reparan
esquirlas y atolones, ruidos innecesarios, estupideces;
se reparan idilios de andar como los cuerdos
y desde luego
incienso combinado con procedimientos
para burlar los procedimientos.
Aclaro a todos aquellos que deseen disfrutar de mis servicios
que he determinado rebajar las tarifas
habida cuenta de la falta de piezas de repuesto
para los billetes del salario.
Aprovechen ahora
porque el próximo mes
renuncio a la patente
que me autoriza a deshacer entuertos.
Andrés Casanova (Las Tunas, Cuba, 1949) es narrador, poeta, autor de guiones radiales dramatizados y ha incursionado en la escritura de guiones cinematográficos; miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Ha obtenido importantes premios nacionales e internacionales y textos suyos han sido publicados en revistas literarias de varios países. Está antologado en diversas selecciones de narrativa y poesía y ha publicado novelas, libros de cuentos, de poesía y ensayos literarios con editoriales de Cuba, México, España, Portugal y Argentina. Reside en Las Tunas, Cuba.
Pueden leerse sus libros más recientes que está publicando de manera exclusiva con la editorial Libros Café Criollo con sede en Estados Unidos en su página de Autor Central en Amazon:
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Sus blogs literarios se encuentran en:
https://escritorandrescasanova.wordpress.com
http://andrescasanova.cubava.cu/