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Selección de poemas de

 

Otra punta del iceberg

del autor

ANDRÉS CASANOVA

 

 

 

 

 

DEL POLEN A LA RABIA

 

Arden mis músculos desde el corazón hasta el final del vientre,

miran detrás de cada piedra enraizada en ancestrales olvidos;

paren la luz de las tinieblas y hasta hambres de que nos saciamos.

Así se cuecen las mentiras en el horno de la rabia,

así aprende uno a diferenciar diafanidad de cavernas programadas,

cuando ve amanecer estertores y descubre

que existen seres antihumanos.

En el instante de partir el pan o abrir incontinencias

con alguien enterrado en el desierto,

ahí se prueba nuestra humanidad

cuando dispuestos vamos a dar precisamente aquello que nos falta.

 

 

 

POR SIEMPRE AQUÍ FLOR DE PRESENCIA

 

Su estampa rígida y horrenda cae

cual lluvia de cantar otras ausencias,

con llantos salen y llegan sin anuncios

mirando a ojos ciegos las erratas

que ellos cometen por ignorar reglas o llenos de miserias.

Así entre ausencias y presencias van

los pordioseros del amor vacíos:

no sienten el llamado tierno de unos hijos,

no saben el dolor sufriente de ser atracadero.

Podrán andar rezumando fama y gloria

cual inmortales nuncios de las alegrías,

mas terminarán en polvo olvidadizo

por falta de ternuras y sonrisas.

 

 

 

PRESIÓN Y DULZURA

 

Voy detrás de las puertas en busca de oxígeno,

huérfano de respiración y anhelante a la espera

de que me lleguen agua y electricidad sin tachas

en medio de esta fiebre que padezco eternamente,

presionado de tiempo, sin vida ni baraja alguna perteneciente al triunfo,

necesitado de dulzura como estoy cada instante.

Hinchas de un fútbol inexistente y dúctil

vienen a buscarme cantando herrumbres:

yo los rechazo a todos, feliz como caigo

de paz y hogazas carentes de risas.

 

 

 

 TUVIMOS GRAN FUTURO

 

Fruto es sangre derramada tanto como bordear días estrellados;

noches y madrugadas lentas quedan en el olvido

cuando llegamos hasta fuentes de tanta nostalgia.

Tú y yo entonces no caímos al precipicio

donde masca amarguras cada horizonte;

multiplicamos el futuro puesto en nuestras manos

haciendo que las fórmulas no se equivocaran.

Tú y yo llegamos hasta el fondo,

cual valientes negados a cambiar paz por ignorancia.

Multiplicamos con exactitud geométrica el futuro

a pesar de las voces que nos llamaban al pasado.

 

 

 

 

CARNE Y RECUERDO TRAS EL OLVIDO

 

No sé tras las palabras el vacío que me espera,

desconozco si el viento derrota mis mareas;

en cambio el recuerdo y la carne condenada

coexisten en otros días crueles como los de ahora.

Me remito al pasado

cuando no pude ver

en el rostro sin filo

(abandono y matriz)

final ni principio,

quebranto ni ternura.

Me remonto a mis tiempos de buscar caracolas,

pertenencias, sintagmas, carbones sin astillas,

y lo único que encuentro es un falso vacío

que lacera mi olvido, ese de andar tan lento

negándome el retorno al nido de mis ancestros.

 

 

 

 

CUARTA PARED

 

Ha sido necesario protegerme de lobos e ínsulas esteparias,

jardines del edén que carecen de azures

y hasta con mortajas envueltas entre flores.

Tanto me expuse al contagio del aroma,

tanto quise llegar a decurión de plaza,

que los mismos por quienes fortifiqué trincheras,

levanté muros, arengué a mis huestes llevándolas al cadalso,

alzaron el índice en señal de condena

y como única salida debí refugiarme

en la cuarta pared de mis dramas que ahora

por suerte me protegen, guardándome del frío.

 

 

 

 

ANTINOMIA EN DECLIVE

 

No se arredra el anciano de dientes herrumbrosos.

Ignora en su niñez falsa de sueños y pasados

que el tiempo no retorna aunque el poder nos sobre.

Va y viene el anciano como quien toma el mundo por asalto

en noches de plenilunio.

Su arrebol en declive y la mancha del odio

apenas si le asustan;

la voz le sale como arco de extraer obstrucciones.

No obstante permanece entre flores y desvaríos

sin admitir que fantasías y bastones aumentan las cifras

mas no alargan la vida.

 

 

 

 

FLORIDOS CAMPOS QUE ATRAVESÓ TU ALMA

 

Queda de ti el recuerdo del que fuiste, lejano

caminador eterno, hombre de a pie obsoleto

que sobre ruedas creíste la verdad del futuro,

confiado en que saldrías vencedor de la espera.

Anduviste en miles de paisajes alterados,

floridos campos donde labraste con timón y esperanzas

la imagen del que nunca estaría ausente

pues tu presencia andaba incluido hasta en los junios

de altaneros ciclones cuando el viento y el agua

arrastraban consigo sobrantes de cenizas.

Llegó el momento acaso de estar quieto por siempre,

triste quietud que por ti ya no tuvo jamás

campos floridos de eterno verdor

ni arcenes donde descansar domingos convertidos en jueves.

Quedaste quieto cual un fardo inútil,

luego te vi partir hacia el viaje más largo del mundo entre estertores truncos,

y sé que me llamaste un instante vacío

para advertirme que en realidad te ibas

feliz hacia otros campos florecidos en la eterna memoria.

 

 

 

EN EL TIBIO HUMEDAL DE TUS SONRISAS

 

No vengo a buscar despojos

de verdades expuestas entre rancios temores;

no deseo las derrotas que el agua

te ha cobrado ignorando los árboles que amaste.

Busco entrar en ti doliéndome la suerte

de masticar las horas como si fuesen lágrimas,

deseo seguir creyendo que eres la de ayer

a la que el viento jamás ha quitado corolas.

Me sumerjo en tus ojos,

reparto mis saludos

marchando hacia el invierno;

prefiero la tibieza

de tu misal de otoño

antes que una derrota

cubierta de cenizas.

Sin luz sigo buscando, escarbo entre tus líquenes

y me conformo entonces con saberme a tu lado,

lidiando entre los dos contra el monstruo de acero

que la sed nos dejara como cruel regalo.

 

 

 

 

 NEGACIÓN DEL ACERO

 

Cuando vamos camino de nuestro particular Gólgota,

esencia trivial de cada día,

aparece una luz a la distancia

señalando lo inevitable de la sangre derramada.

Es el destino que nos espera a todos,

tras la luz están las llamas de condena.

Lo cierto es que perdemos palmo a palmo

toda posibilidad de amanecer semejantes a nosotros.

Negación del acero que nos urge

a echar raíces y seguir adelante.

 

 

 

 

SER DE UN CIERTO LUGAR

 

Vivir naciendo en esta esfera,

pequeño sitio mezclado con rincones y cavernas;

hacer de la felicidad una costumbre aledaña

y buscar cada mañana el pan de la presencia.

Sonreímos de manera argumental en lo tan simple,

siguiendo cada paso repetido;

saludas al que ayer te saludara

y vuelves a dormir tus mismos sueños.

No es esto estigma igual que la molicie,

no puede confundirse con el ocio;

tampoco el vegetar penetra en esa nube

donde se va seguro de no tropezar con las serpientes.

Es una dicha echar raíces en la orilla,

manar en lo profundo un saludo gentil del que te quiere.

Es preferible tener el tronco que alimente tus ausencias

a vivir desterrado en abismos luminosos

que no por luminosos dejan de ser abismos.

 

 

 

 

ABONO DE LA HUELLA

 

Marco detrás de mí los pasos que me restan

hasta llegar al saldo asignado,

retomo cada liquen, las cuentas por pagar, las azucenas,

y guardo la verdad en mi mochila

como quien ve partir el sol en busca de su huella.

Aprendo de la solar acción más que argamasa,

con lentitud convaleciente encierro los errores

que he cometido en el abono de las cuentas

sin ocultar mi tierna fragilidad indagatoria.

Detrás de la verdad siempre he corrido

con ansias de que el sol no sea sino un espejo;

aunque he aprendido a no restar jamás las sumas

en previsión de cada fracaso que me espera.

Así cada mañana voy abonando,

con la enseñanza que da el tiempo, la falsedad de cada huella mía;

la de otros que la abonen ellos mismos,

yo sólo respondo por el ángulo del sol desde el que atisbo.

 

 

 

 

CÓSMICAS LUNAS PASAN

 

Desde este margen pienso cuántas veces

he fracturado con mi voz anquilosada reveses y victorias,

cuento las ocasiones que pude haber vencido

y en cambio acumulé tierra húmeda de tanto moler fuegos.

¿Qué hacer si ya no es posible voltear los picotazos

del carpintero contra el aire que escasea?

No tiene sentido la añoranza de revertir las horas fracturadas

y mucho menos dolerme de gusanos y áspides

que dieron buen final a mi absurda vanidad humana.

Aquí me quedo entonces con esta libertad a cuestas

de perdonarme cada vez que huí del yunque

e incluso los golpes que di con mi martillo.

Espero lunas cósmicas que pasen.

lo demás sería ver el fuego desde el ojo pertinaz de los ciclones.

 

 

 

 

TRANSGRESIÓN DE LA IRA

 

Vas viajera del aire perdida entre las llamas

de un arsenal oscuro en ocasiones tierno.

Si recuerdo tus labios a tanta lejanía

es porque alguna vez tu risa fue tangente

respecto a los jardines que yo fabricaba

en aquel sueño frágil de creer como nadie

que la imagen nacería al llegar diciembre.

Desperté en una nube cual ceniza de junio,

montañas aprendidas a costa de zarpazos

me dejaron sin sueños e inútil para siempre.

Fui navegante en barca de falsos motores,

soñé que en tal historia encallaba a tu lado

y salía hasta el oxígeno sanado por mis venas.

Apareciste ahí detrás de mi velero

y te soñé perfecta y eternal compañera.

Despierto en otra barca comprendiendo mi error,

tu mundo no es el mío y mi mundo renace

mientras el tuyo cae con la herencia de la ira.

 

 

 

 

LAS PALABRAS ME PERTENECEN

 

Soy dueño de mi historia, de mis lejanos triunfos,

me pertenecen el aire del que soy como hermano,

son de mi propiedad la estela de las nubes,

el color de la luna y hasta el solar violeta.

Nadie hasta ahora ha venido a reclamar ninguna

de esas propiedades que heredé desde el átomo

mezcladas con la escoria y el acero candente,

con marcas de arena sílice y martencita pura.

Ah, en cambio las palabras que escancio en mis poemas

no acepto que huestes malignas me reclamen

esconderlas en diccionarios de papel azufroso:

con ellas me protejo de estancados inviernos,

sin ellas iría al fondo de enormes pesadillas.

 

 

 

LA ANCIANIDAD MASTICA VIDRIOS

 

Se niega la ancianidad a subir hasta el abismo

luego de haber vivido cada antro que imaginaba incólume.

Maldice de su mal, escupe rabias,

trazando con exactitud medidas de sus pútridas fauces

y retornando al pasado cuando fue as de los campeones.

La ancianidad mastica vidrios esponjados de imposibles olvidos

ansiando ser ilusamente recuerdo heroico

para quienes golpean los cirios al llegar.

Ser anciano jamás irradiará dulzura,

a lo sumo podrá condolerse de todo lo perdido.

 

 

 

 

DOCTRINA DE JARRY

 

Dejé de leer a Nietzsche, a Hume, a Constantino,

y a los restantes filósofos que se pierden en la mente

de alguna tierna edad en que los ilusos

dejan crecer la hierba entre sus manos.

Abandoné instrucciones de andar por caminos inciertos

cuando entendí el cansancio del vecino mientras cumplía instrucciones.

Perdí interés de sembrar flores y acarrear olivos

desde el instante que la maldad extirpada por cirujanos de la historia

comenzó a florecer entre geranios y jazmines.

Ahora vago por casa sin ver dentro de mi silencio la Doctrina de Jarry

sino el atisbo de luz que dejan los relámpagos de la desmemoria.

 

 

 

 

EXISTENCIA DEL POETA

 

Los versos conducen a una incógnita

ignorada por cada hoja otoñal en busca

de claroscuros y otros dinosaurios.

Les confunden nombres e incluso métricas

aquellos que se autoproclaman adalides de un tiempo

medido con la eternidad de los relojes.

Son versos carentes de grietas o a lo sumo

que escancian el dolor de los ausentes,

desconocidos a quienes los guardianes de las rimas cambian de identidad

como otra forma de negar la existencia del poeta.

 

 

 

 

 CÍRCULO DE ESPERA

 

El tiempo es circular, nunca lo olvides,

si quieres protegerte de sus redes.

El tiempo muele huesos y estrellas pasionarias

a espada o con pólvora estridente.

No da tregua un instante a nuestros esperpentos,

tampoco perdonará que extraviemos la brújula.

La cruel certidumbre de su tanta presencia

agarrota la sangre y hace polvo las venas.

Ah tiempo que transcurres en contra del vacío

si pudiera vencerte no escribiría estos versos.

 

 

 

ENEMIGOS DEL REY

 

Lejanos quedan los que afinan la punta del lápiz

con la intención de extraerle el jugo a las mentiras.

Urgidos de alabanzas van regando la hiel de sus victorias

frente a incautos viandantes amadores del Olimpo.

Cual absurdos enemigos del Rey se inclinan ante su corona,

ignorando portazos en el rostro y mascaduras de hierro

que resbalan en sus lenguas.

 

 

 

 

CAMPO DE LA EXISTENCIA

 

La flor alada sube

algunas madrugadas;

sal, estrépito y oro

la sorprenden un día.

El campo de la existencia

voltea nuestros sueños

de llegar a la meta.

Meta de la existencia

que nos sube a la vida

cual rueda de fortuna

machacando ilusiones.

Nadie es rastro de hojas

bajo un trunco desierto

sino cuando termina

el reloj sus labores.

 

 

 

 

 DETRÁS DE LAS CORTINAS

 

Medito en la inutilidad de átomos y cancelas

y suavemente veo nacer escorpiones con tintes azulados.

Busco detrás de las cortinas la palabra triste,

el concepto crisálida,

el término cabaleta,

y voy ungiendo cada asintonía

cual voz que surge en lo profundo de las nocturnidades

que suelen confundirse con ladrones de amaneceres.

Sueño con lirios creciendo en mi patio sin ternura alguna

y despierto aterrorizado de mí mismo.

 

 

 

 

ESTATUA ECUESTRE Y HONORES LITÚRGICOS

 

Dura cerviz de cantos y memorias

sin descender jamás del podio:

allí estaba el feroz D’Artagnán con sus soldados,

hierático, veloz hasta el cansancio;

capaz de cualquier capacidad, todo héroe

merecedor de estatua ecuestre y honores de liturgia.

Bastón en ristre, incapaz de cualquier capacidad,

queda sin recordar mi imagen de soldado que junto a él bebió

el ansia corrosiva de las horas, aun tratándose de general tan encumbrado.

 

 

 

 

AMADA DE UN BESO SOLITARIO

 

Amada que atraviesas cada cirio en busca del amado

y de correr detrás de ilusiones vas llenando tu aljaba gota a gota

como si fuese vino de escanciar solamente en falsos recuerdos.

Amada con dos lágrimas, una por cada ojo de tormenta,

y en el vacío de la eternidad vaciándose eternamente,

amada que al sufrir la ausencia del amado

lo ve feliz partiendo hacia la inexistencia.

Amada de un beso solitario,

un adiós a destiempo,

una escasa fidelidad tronchada,

renuncias con tu amor al amor de otros amores

y buscas resignación desde la nada.

Amada trunca,

en ti eternidad y hoy se confundieron,

en tan grande amor te convertiste por tantos desamores.

 

 

 

 

 

Andrés Casanova (Las Tunas, Cuba, 1949) es narrador, poeta, autor de guiones radiales dramatizados y ha incursionado en la escritura de guiones cinematográficos; miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Ha obtenido importantes premios nacionales e internacionales y textos suyos han sido publicados en revistas literarias de varios países. Está antologado en diversas selecciones de narrativa y poesía y ha publicado novelas, libros de cuentos, de poesía y ensayos literarios con editoriales de Cuba, México, España, Portugal y Argentina. Reside en Las Tunas, Cuba.

Pueden leerse sus libros más recientes que está publicando de manera exclusiva con la editorial Libros Café Criollo con sede en Estados Unidos en su página de Autor Central en Amazon: 

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Sus blogs literarios se encuentran en:

                                                 https://escritorandrescasanova.wordpress.com

http://andrescasanova.cubava.cu/