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Selección de poemas de

Poemas desde mi cumbre

del autor

ANDRÉS CASANOVA

 

 

 

ÓNICES Y MÁRMOLES

Desde esta cumbre renuncio a mis pasados

sabedor como soy del dolor de los perros,

la sangre oculta que mis muebles ocultan

y las mentiras regadas por ónices y mármoles.

Hechiceros de un tiempo convertidos en faunos,

soledades que observan detrás de sus erratas.

Desde este nulo rincón renuncio a mis pasados

por haber aprendido que son como la nada.

 

 

 

SOFISMAS SIN RETORNOS

 

Decálogo del mal, flor de septiembre,

anclada en sofismas sin retorno:

no dar cabida ni forma a las estrellas

es como negación insultada por correos.

Ataúdes rodantes desplazan inocentes,

mientras del otro azul navegan batracios herrumbrosos.

Contestan desde allá

                     otros mares

                     ciudades de guardar

                     y crueles negociantes

como quien vive del nadar contra corriente.

Responden muertos sin abrir

tras estuches de lona,

responden las noticias que ya una vez no fueron.

 

 

 

LA VOZ DE LA ESPERA

 

Miro la copa donde estuvo el vino

y la escurridura, ese olor dulce de toda vendimia,

viene a observarme detrás de cada mancha con que volteo mi vida.

Estoy acá al margen de la copa,

de sus posibles consecuencias y navegaciones;

mirando cada día que Luna y Sol parecen el retrato

de una eternidad jamás imaginada.

Voy vendimiando mi propia otredad,

la que no sabe de olores ni azufres,

tan pobre de sí misma como hienas al aire,

extraídas ocultas de cada llanto oculto,

la copa ya no puede contener más:

sus vidrios rotos por el aire y la esperanza

son parecidos a la voz de la espera.

 

 

 

VOZ ESTEPARIA

 

Levántate cruz

ya voy al agua

con una mismidad

de andar por casa.

Entre nubes y azul

ya no adelantan

cuando en igual ciudad

nos encadenan.

Levántate fuego fatuo

cruel aurora,

voz esteparia

de las amarguras.

 

 

 

EL PODIO DE LOS DIOSES

 

No recuerdo si un día, alguna vez, aunque fuese una milésima de lampo

estuve en el podio de los dioses

o por el contrario

si en la barca del náufrago me vi escanciando gota a gota

el acíbar tenaz de los Cruzoes.

Mi desmemoria data de una edad multiplicada

cuando la sal y el bronce se unían

dando lugar a alquimias inauditas.

Un pez de muerte.

Una sirena álgida.

Protones contra vientos y ciclones.

La paz que un día me señalaron por cobertizo

vino a caer justo contra mis pies.

De ahí que ya no sepa

si alguna vez estaré en el podio de los dioses.

 

 

 

HÉROE FORJADO A CINTARAZOS

 

Partir tras la ruta de los héroes o por el contrario

en compensación de tantas derrotas y traiciones

ser el mensajero a quien todos buscan

para entregarle cartas y recuerdos.

Esquiva flor de la abundancia,

perreo sin sentido que obnubila los huesos

carentes ya de toda epidermis putrescible.

Alejarse tal vez tras una aurora

o en cambio buscar la paz de las quimeras,

ese es el ángel que aparece en los sueños

de todo héroe forjado a cintarazos.

La ruta de los héroes

tan oscura

y en cambio tan ansiada

por los simples mortales.

 

 

 

QUÉDATE EN ESE PUERTO

 

No me hables de la flor

triturada en el asfalto,

con sus pétalos blancos

mustios de tanta muerte.

No me hables de la Luna

que perseguimos juntos

cuando pensábamos que

el amor no acababa.

No recuerdes mis pasos una noche de junio,

ni salgas a recibirme cuando veas que marcho

hacia el callejón del centro

donde tiaras y  meandros

confunden la noche con olores oscuros.

No hace falta que vuelvas

a fregarme mis fiebres,

quédate en ese puerto

por si voy a buscarte.

 

 

 

TRUENOS Y CAÑADAS

 

Si tu historia estuviese

en un altar de morder derrotas,

a sabiendas de truenos y cañadas,

entonces quién aclarará las noches.

Los días volverán a ser grises,

el perro ladrará como si fuese el Sol

y tú entretanto

añorando las veces que partiste de ti mismo,

cual espectro feroz involucrado entre la nada.

Ya nadie espera tu regreso:

el futuro pertenece al pasado.

 

 

 

MARIPOSA DORMIDA

 

Flor de papel que buscabas los tonos del Sol

en vuelo angelical. O quizás los niños te imaginan

en risa perenne contra el tiempo.

Surges como si la noche fuese tu nido

regando el polen de la vida

manando iridiscentes imaginarios

cual adorno de invierno.

Estás vaciándote de llantos y olores

yendo de jardín en jardín apresurada,

huyendo de los niños que una vez te imaginamos reina

cuando en realidad adelantas tu vuelo,

mariposa dormida que ha inventado

la eternidad carente de futuro.

 

 

 

ALGUNOS JAMÁS RETORNAN

 

Uno los amamanta con pedazos de sueño,

e incluso les compra algún que otro pedazo de nube.

Ellos muy al principio nos agradecen cada gesto

contando la lluvia escondida tras los muros.

Aprenden la palabra aroma, la palabra beso, la palabra nostalgia,

incluso la palabra esperanza tan devaluada durante las últimas calendas.

Hasta que un día emprenden vuelo por sí mismos,

cual pajarillos metidos en jaula de cierzo

y algunos jamás retornan a calentar el pasado.

 

 

 

ETERNIDAD DEL AZOGUE

 

Si vas camino de la imagen

que de ti mismo te forjas con augurios de tormentas

verás que corres detrás de un imposible

mientras las golondrinas se burlan de tus miedos.

Acéptate tal cual, con tus estrechas medianías

de quien compra canciones devaluadas

mientras pretende durar lo que el espacio

le niega por contradecir a la aurora y al tiempo.

Borra cualquier eternidad del azogue en tu mala memoria,

fractúrala cual lanza en derrota:

no existe victoria sino la del instante

cuando la muerte se transforma en viaje hacia lo estéril.

 

 

 

LA LLUVIA

 

La lluvia arrastra de nosotros la suciedad del tiempo

y las ojivas tenues que nos dejan los perros

con sus malas respuestas acerca de los márgenes

que nos van restando hasta llegar al Cielo.

La lluvia, en pertinaz caída,

ahoga nuestro llanto

porque son como lágrimas

de algún dios altivo

o un néctar venenoso.

Pero la lluvia

jamás podrá sanarnos

las heridas rotas

con que grises halcones

nos dejan clamando

esperanzas baldías.

La lluvia siempre resulta inevitable.

 

 

 

LOS DOLORES DEL PADRE

 

Cada día me levanto y examino

los dolores del padre, sus llantos cotidianos,

la estirada matriz que persiguen sus desvelos;

corro al lugar donde sirven

el falso cordón de ascender a las nieves

y retorno a endulzarlo mientras voy descubriendo

grieta a grieta la espada del ladrón escondido.

Pienso en el desierto largos versos,

allí donde un pájaro gris picotea mis imágenes;

visto mi ropa de sudar largos días de fiesta

ignorando que existe el pan de amasar las tormentas;

cada día bebo áloe, tomo sopa de aire y sonrío a la espera.

Saludo desde lejos a los cancerberos del sueño

y al final de la noche detengo el reloj

como única venganza contra quien me ha aplicado

durante la jornada habitual

un código de honor cuya letra no existe

más que en el vacío.

 

 

 

DENUNCIA CONTRA EL ALMA

 

La sal de la victoria buscaba a sus amigos

vadeando circunstancias y violando fronteras,

renuncia tras renuncia de escanciar vinos nuevos.

Horadando las piedras llegaron los amigos,

buscando las cenizas de un verso rebelde

y extrajeron bondades donde sólo hubo odio.

La sal y los amigos caminaron tan juntos

como puede llorarse un pan de dolores.

Caminaron fronteras eternas y distantes

mientras sus almas juntas extraían del Sol

las últimas amarras de que morían juntos.

 

 

 

ITINERARIO

 

Voy trazando mis días como quien ve llover,

aislado entre paredes, excluido del fuego.

Añorando discursos, execrando del mármol,

pendiente de otros días cuando perdí la vida.

Así entre verso y pasos fabrico mi existencia,

doliéndome la sangre que voy regando a veces

por culpa de mi estancia en cada medianía.

Mientras construyo espacios, señales, certidumbres.

no soy más que el agorero en las salas del odio.

Administro palabras jugosas y latentes,

inútiles valores marcados de vacío.

Soy un poeta sin nombre, un obstáculo omiso,

uno a quien el destino marcó con su añoranza.

Recibo las noticias, traslado los deshechos,

no tengo otra riqueza

que las frías hogazas

salidas de algún horno

del pan de invernadero.

Este es mi itinerario: no pretendas cambiarlo.

 

 

 

FEROZ INCONTINENCIA

 

Barbotea el hervor tras la guadaña,

en cada esquina de octubre e incluso de las formas;

viene hasta mí cantándole al vacío

como un tren que se marcha hacia un lugar del nunca.

Suerte del que retorna en alambres de adobe,

raíz pegada al alud de la existencia dulce:

eres tú trayéndome noticias de agosto

haciéndome creer que ha pasado diciembre.

Rota quedó la llama en tu incontinencia muerta,

feroz en el hervor de tus aniquilaciones:

mujer que te manchas con noticias inquietas

sin dar jamás el rostro porque pierdes las venas.

No, mejor zanjemos la paz y envía mis novelas

al rincón de la noche donde las lea el viento.

 

 

 

ENTRESIJOS DEL ALMA

 

Agotamiento, azul, externo, dádivas,

palabras que al pasar de mano en mano

van gastándose protestantes y marcadas

con el veneno gris de las aralias.

Quizás pudieran rescatarse del naufragio

en que se hunden velocidad, sonrisa y muerte,

no sólo ya una pizca de sus aromas

que evanescentes llenarían nuestras almas;

también sería deseable cuidar de nuestros entresijos doliéndonos los prójimos,

esos parias sin risas.

 

 

 

DESDE EL OCIO AL VEGETAR

 

Martirio del nacer cual esperpento,

va del trabajo al ocio el cuerpo frío;

sucumbe a la molicie de los oscuro

y alcanza su descanso farisaico.

Va el esperpento alegre de quietud

y llena su remanso de colores,

crea en torno a la molicie una trinchera,

siente dicha por el transcurrir sueño tras sueño.

Así rompió este vano homúnculo quimeras

renunciando a moverse hacia lo externo;

perdió todo deseo por las estrellas

y acabó sentado en la comodidad del ocio.

Irá remando cada día hacia la inevitable nada

proclamando una absoluta libertad inexistente:

del ocio al vegetar no hay más que un tranco

de pequeñez tan ínfima y letal en su renuncia

que poco a poco el homúnculo no espera en su cama

sino la paz absoluta que a él no lo redime.

 

 

 

SOL, REFUGIO Y ATALAYA

 

Desde mi Sol descubro no sólo jaurías

de fatuos animales que a la espera de roer mis huesos

andan por las constelaciones,

sino además a quienes transcurren por la historia

dándome de su luz algunas onzas.

Meto mi cuerpo entre sus jaulas,

y quizás hasta ese lado equinoccial que todos calzamos

intentando ocultarnos de hueros escapistas.

Pero asciendo a sus montes,

aun con la respiración entrecortada a cuestas,

cuando descubrir límites entre cielo y cieno me demandan.

 

 

 

FINAL DE UN POEMA

 

He escrito para ti un largo poema como quien ve llover,

y si he llegado a la postrer estación no ha sido por propia voluntad,

sino porque todo final es dulce cual rama de olivo.

Escribí un solo poema en muchas partes,

cien o mil qué más da; las cifras no comparten la humanidad terrestre.

Si continuase podría repetir imágenes

o conceder falsas soluciones a los desesperados,

quienes pretenden encontrar estrellas donde no hay más que mareas irrisorias.

Cierro entonces mis versos como quien ve llover,

porque a fin de cuentas debo llegar a cierto andén

y capturar mi estrella aunque en realidad se trate de una marca de agua.

 

 

 

INVITACIÓN AL RETORNO

 

Los invito a armar de nuevo aquellos juegos

con el sabor de los inicios vadeando las torpezas;

no les obligaré cuando tengamos ya ojos y oídos bien vendados a que me consideren

                                                                                                                          / infalible,

virtud sólo permitida a dictadores y agoreros,

sino simplemente que volteen la memoria hacia los tiempos

cuando no éramos capaces de apuñalar el manantial de nuestras hambres.

Los invito a retornar a un tiempo gramatical de lo imposible,

les aseguro que sólo así podríamos salvarnos.

 

 

 

 

Andrés Casanova (Las Tunas, Cuba, 1949) es narrador, poeta, autor de guiones radiales dramatizados y ha incursionado en la escritura de guiones cinematográficos; miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Ha obtenido importantes premios nacionales e internacionales y textos suyos han sido publicados en revistas literarias de varios países. Está antologado en diversas selecciones de narrativa y poesía y ha publicado novelas, libros de cuentos, de poesía y ensayos literarios con editoriales de Cuba, México, España, Portugal y Argentina. Reside en Las Tunas, Cuba.

Pueden leerse sus libros más recientes que está publicando de manera exclusiva con la editorial Libros Café Criollo con sede en Estados Unidos en su página de Autor Central en Amazon: 

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Sus blogs literarios se encuentran en:

                                                 https://escritorandrescasanova.wordpress.com

http://andrescasanova.cubava.cu/