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Acercamiento a la novela NO SOMOS AQUELLOS NIÑOS (fragmento)

Por Rodolfo Mariño Osorio (*)

 

 

SINOPSIS: En una indagación que está realizando el escritor Rodolfo Mariño acerca de los elementos que contienen algunas obras de escritores tuneros útiles para el estudio etnográfico de la ciudad de Las Tunas, escogió para comenzar mi novela No somos aquellos niños publicada por la Editorial Sanlope en el 2007. Incluyo en mi blog un fragmento de dicho trabajo. Aclaro que no comparto sus criterios en cuanto al valor documental de mi novela, por lo que todas las opiniones son de su entera responsabilidad.

 

 

(…) En este trabajo se ha escogido, para empezar, una novela de Andrés Casanova en la que este da su testimonio, prácticamente sin ficción o muy poca ficción, de acontecimientos vividos por él en Las Tunas, en un periodo de marcada dificultad para un grupo de niños, luego adolescentes, teniendo en cuenta los cambios radicales que se producen en el proceso social del triunfo político-militar e instauración de la revolución socialista. Son hechos que pudieron repetirse en diferentes lugares del país por las características similares del proceso. Aquí se expresan a partir de la inevitable subjetividad del autor en interacción con la objetividad que motivó la narración.

En la obra aparecen signos de esa objetividad a partir del lenguaje, descripción de hábitos, costumbres, normas sociales, expresiones de las diferentes ideologías en pugna. (…) (…) La  obra rica en imágenes, expresiones y particularidades de una etapa en la ciudad de Las  Tunas nos indica costumbres afianzadas a partir de una cultura religiosa impuesta a los habitantes de la isla durante el proceso colonial que aún perdura porque no hay que olvidar que un por ciento importante de los habitantes actuales tienen raíces genéticas, al menos en parte, en la España católica. Pág. 9: "yendo los domingos a la iglesia a escuchar sus sermones". Pág. 12 " solo cobra un peso por bautizar a cada muchacho... nuestros padres quedaron convencidos que cometían pecado mientras no nos llevaran a bautizar". En esta última también es un comentario irónico sobre la autoridad católica y la relación de su credo con aspectos económicos, signo del desarrollo de creencias protestantes a partir de una mayor influencia de la cultura sajona. Parte íntegra del mestizaje cultural de nuestra isla.

Descripción de la forma de vestir, indicando en ello no solo un seguimiento de la moda, sino  también de las posibilidades económicas diferenciadas por sectores de la población, así como su jerarquía social o política. Pág. 9 "el doctor Cárdenas asistía siempre vestido de blanco". Pág. 46: "vestido con pantalón de dril, sombrero de hilo y guayabera de paño". También el vestir como indicativo de preferencias culturales a partir de la imitación de artistas del incipiente rock en la época. Pág. 39: “abrigos de cuero en cuyas espaldas estaban dibujadas unas aves en pleno vuelo". Indicando esas referencias musicales: Pág. 40: "Oír discos de Elvis Presley y Paul Anka en el traganíquel". Pág. 81: "pantalón de patas exageradamente estrechas, su pelo amoldado por la grasa, los zapatos brillosos".

Descripción de muebles con predominio de las maderas preciosas que aún se podían obtener sin grandes dificultades de lugares cercanos a la ciudad, algo que ya podría parecer una extrañeza para los jóvenes de estos días, imagen de lo que fue o existió, para poder comprender una forma de vida ya en desuso por obligación de las circunstancias actuales. Pág. 9: "hablaba de los muebles de caoba".

Descripción de la búsqueda de satisfacción en juegos infantiles prácticamente desaparecidos que evidencian una total humildad o al menos sencillez de su ejecución donde las relaciones humanas es lo único necesario para su desarrollo y es el fortalecimiento de esa relación uno   de sus resultados que se afianza, sin ningún tipo de juguete o implementos sofisticados que pueda estar fuera del alcance de familias pobres, difieren de una tendencia a la ostentación  de complejos equipos mecánicos y electrónicos que muchas veces traen como resultado la discordia y el disgusto desde los infantes hasta los mayores. Pág. 10: "nuestros juegos... En el patio lanzábamos una lata llena de piedras mientras uno de nosotros quedaba con los ojos cerrados en espera que los demás se escondieran, cada vez que el primero descubría a alguno hacía sonar la lata y gritaba la palabra tipisao y a continuación el nombre:

–¡Tipisao Eliodoro!

– ¡Tipisao Francisco!"

También este fragmento nos trae elementos del lenguaje ya en desuso, como "Tipisao", que ya se hacen incomprensibles para nuevas generaciones cuando fueron expresiones cotidianas de infantes de una generación anterior, y viene en el texto acompañado de nombres de personas también desaparecidos en la actual generación. Más adelante en la obra se describen o mencionan otros juegos. Pág. 47: "comenzaban a trazar las rayas debajo de la mata de mangos para jugar al tejo". Pág. 49: "aparecían las bolsas de telas o las medias viejas dentro de las cuales tintineaban las esferas de colores tan maltratadas que, cuando las íbamos colocando en la tierra protegidas por él circulo irregular trazado por Alfonso", conjuntamente con expresiones propias del juego. Pág. 51: "El que caiga en la orilla  está ahogado....le voy hacer virolla". Se mencionan juegos propios de la formación de una  mentalidad capitalista entre los niños y jóvenes de la época. Pág. 35: "El juego del monopolio que nos daba la ilusión de manejar grandes fortunas".

Expresiones populares aún en boga dentro de nuestro contexto: Pág. 11: "los muchachos  hablan cuando las gallinas mean" y otras ya caducas al cambiar las condiciones materiales que las engendraron y permitieron. Pág. 36: "Estaba más arrugada que el bacalao de  Montevideo", conjuntamente con costumbres que aunque se intentan rescatar, resultan difíciles de lograrlo al cambiar los intereses conjuntamente con toda la cultura y las condiciones objetivas que la propician. Pág. 36: "...nos recordaba las retretas de los domingos en el parque" o también Pág. 40: “Una película en la matinée de los domingos en el cine Martí".

Costumbres muy arraigadas que aún se sostienen gracias a las necesidades de distracción para los niños y del clima de la isla, a pesar de los cambios propios de la transformación seudo-urbanista de muchos de los potreros que rodearon el poblado. Pág. 11: "nos escapábamos hacia el potrero de Lodeiro para bañarnos en la laguna".

Descripción de determinados personajes que aún cuando existen hoy en esta región, han perdido características de aquellos propios de una forma de vida en la que existía mayor  dependencia de la iniciativa personal para sobrevivir. Pág. 11: "El Viajante.... comenzó a anunciar la mercancía de su maleta y al llegar la noche solo le quedaban unos pomos de medicina de dudoso valor curativo, algunos aretes de falsas piedras preciosas y dos relojes que marcaban la hora con retraso".

Signos de la marcada influencia ejercida en la primera mitad del siglo veinte por la cultura  norteamericana sobre nosotros a partir de las historietas de folletines que ya ha sido sustituida por las nuevas tecnologías del vídeo, pero que marcaron esa época y que a las actuales generaciones les pueden parecer ajenas a nuestras fronteras. Y esta obra ayuda a dar evidencia sobre ello. Pág. 14: "Estábamos entretenidos mirando las historias de Tarzán, de los Halcones Negros o de Supermán que vendía el Viajante".

Aspectos de carácter social, la propiedad privada sobre los inmuebles. Pág. 16 "Esta casa  había sido de una tal china Fernández como todas las casas de los alrededores". Así como la educación privada. Pág. 17: "Doña Remigia continuaba siendo la dueña de la escuela donde nos habían enseñado las primeras letras del alfabeto a cambio de un dinero que debían pagar todos los meses nuestros padres" lo que se conjuga con recuerdos de métodos antipedagógicos que hoy podrían parecer exageraciones. Pág. 17 "...usaban la correa que Doña Remigia tenía enganchada en un clavo en la pared de su oficina"; "Alfonso te estás buscando un reglazo"; "encargada de revisarnos dentro de las orejas y debajo de las uñas, de vez en cuando se escuchaba el sonido de un correazo y una ofensa".

Descripción de elementos que conformaban las formas de vida a partir de las posibilidades  económicas. Pág. 58: "retiraban las planchas de las brasas de carbón, y después de ensalivarse los dedos y comprobar al tacto la temperatura, las limpiaban con un trapo marcada por trazas de quemaduras". Descripción de elementos a partir de intereses de la edad. Pág. 69: "Debajo del bombillo soñábamos con ser mayores". Descripción de formas de   vida: a partir de las posibilidades económicas o gustos. Pág. 85: "...en una sala donde abundan los muebles acolchados, forrados de vinil, estarían bebiendo refresco o vino, según  sus deseos, mientras escuchaban a Los Beatles".

Se expresan criterios adversos de instalaciones existentes de la época sobre las que yo mismo he escuchado a algunos que vivieron en la época hablar de ellas con nostalgia. Pág. 22: "El hotel Gaviota es un barracón de haitianos lleno de chinches", en referencia evidente para mí al hotel Plaza ya derribado. "El bar París tienen una lona mugrosa tirada sobre las cabillas oxidadas"; "la cafetería Asia es una fonda apestosa". Pág. 24: "las calles están llenas  de mierda de caballos ": "Al bar El Sótano nunca le limpian el vómito de los borrachos"; "El ballú del barrio La Candela es una asquerosidad".

Palabras muy arraigadas en el lenguaje del territorio que ya van desapareciendo a partir de  los cambios lógicos con el tiempo y de la modificación de las condiciones y formas de vida: Pág. 25: "¿Quién ha visto que se da ñapa?". Algunas frases ofensivas entre niños y adolescentes que van desapareciendo. Pág. 34: "Alfonso, burro, ñame, tronco de yuca". Se  manifiesta a través de expresiones que en la época en que se desarrolla la obra las ideologías que se enfrentaban utilizaban para menospreciar al otro. Pág. 57: "Comunista; Gusana". Pág. 76: "Chivatos; Guatacas; Muertos de hambre".

 

Conclusiones del acercamiento de investigación

La obra literaria No somos aquellos niños de Andrés Casanova posee dentro de su narrativa importantes elementos descriptivos de la forma de vida de los pobladores de la ciudad de Las Tunas del pasado más reciente, incluyendo hábitos, costumbres, lenguaje, normas de vida e ideologías.

Estos elementos permiten realizar reflexiones sobre la cultura que se manifiesta en esta obra como una muestra en sí misma de la cultura de la población de ese periodo tan cercano, pero del cual ya han quedado en el olvido algunos rasgos distintivos.

Esta reflexión contribuye a una mayor comprensión de la identidad cultural que se manifiesta en esta población a partir de los elementos que existen en la población actual que se encontraban arraigados en el pasado reciente que ha sido estudiado a partir de la novela.

(…)

(*) Rodolfo Mariño Osorio es narrador, poeta e investigador literario.